Jorge Arévalo (La voz del futuro)




LA VOZ DEL FUTURO

La que habla ahora es la voz del futuro, una voz inexistente en este momento, o al menos forzada a no “existir”, y no existe porque es la voz de un niño de 15 años, no de un chaval, ni un adolescente, ni hombre, es la voz de un niño de 15 años. Y la voz de un niño no es tomada en serio hasta que no refleja una idea ya establecida o ya escuchada anteriormente, será apreciada y sonorizada cuando esté hablando de la situación de la bolsa, del mercado laboral, o del negocio que se encuentra atrapado en su cabeza aún, por ese mismo motivo seguirás siendo el niño de mamá si estás soplando las velas de la tarta de tu 40 cumpleaños en la casa de tu madre, que sigue siendo la tuya.

O al menos eso me han intentado hacer creer, lo que percibe mi conciencia aún en blanco es que no puedes o no deberías mostrar esa paleta de colores que en tu mente reside, no, te debes formalizar y debes mostrar ese tono grisáceo tan característico o repetitivo que mostramos todos los seres humanos ahora mismo. Lo que mi conciencia percibe es ese miedo que existe ahora a la originalidad, al saltar más alto que el de al lado, al mostrar esa paleta de innumerables colores que cada uno de nosotros llevamos dentro. Esa originalidad que en la “vida real”, como dicen nuestros educadores, tanto se ansía y solicita, pero que en el túnel educativo se pierde.

No es una crítica, pues para criticar se debe conocer cierta variedad de aquello a lo que estás criticando, y yo, la voz que está hablando ahora, solo ha sido y esta siendo educado una vez. No conozco de cerca como fue en otro tiempo, en otro lugar, esto que llamamos formación.

Y no se me ocurre una mejor palabra para nombrar este proceso: “formación”. La formación es ese periodo de tiempo de tu vida en el que estas siendo preparado para salir al mundo exterior, eso sí, sea cual sea la forma en la que recibas tu formación acabarás firme y cuadriculado, que al fin y al cabo representa una forma, ¿no?.

Acabamos creando una red perfectamente homogénea formada por ti y tus antiguos compañeros de clase, de instituto, y de mundo en general. Una red que se podría decir que está representada en dos dimensiones, ya que eres igual que el de al lado, y éste igual que el de su lado, (cada persona es distinta, pero con red homogénea trato de expresar la idea de que es difícil salirse de ese patrón ya fijado) Con esto, no hago referencia a la estética, sino a tus objetivos. Estos objetivos no son voluntarios, a mi parecer, ya que se inculcan en tu cabeza a lo largo de la carrera formativa.

Hay una cosa que se debe dejar clara, y es que este no es el típico texto que esconde una intención de rebelión ni nada por el estilo, ya que ese tipo de comentarios realmente son la excusa o medida de escape de aquel que no pretende esforzarse para conseguir salir adelante en esta vida. Es un comentario para dejar clara la idea de que a mí me gustaría ver como se valora a la persona por lo que es, no por el estatus social que ocupa, o el poderío económico que posee, simplemente a mí me gustaría valorar más a la persona que al billete.


                                                                                              Jorge Arévalo Vera, 4ºF.

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