¡Por fin! Grito cuando
suena el despertador. Era hoy, lunes 22 de mayo de 2017, el día que había
estado esperando durante meses desde que mis padres me dieron la entrada para
el concierto de Ariana Grande por mi regalo de cumple. Ariana Grande es mi
cantante preferida, mi ídolo… mi todo, y hoy, mi sueño se haría realidad.
Me visto, desayuno y me
voy a la parada de autobús para ir al cole. Las clases se me hacen eternas
hasta que por fin suena la campana. Salgo corriendo y me voy a buscar a mi
amiga Laura, con quien voy a ir al concierto. Comemos, y después de estar un
rato preparándonos mi padre nos lleva al Manchester Arena. Cuando llegamos, mi
padre nos da un abrazo y nos dice –Tened cuidado y pasároslo bien. Os recojo
aquí a la vuelta-.
Como aún tenemos
bastante tiempo hasta que empiece, nos vamos a la tienda y nos compramos las
orejitas de conejo. Cuando entramos en el recinto, nos dirigimos hacia nuestros
sitios que están en el sector de la derecha, arriba. El sitio es enorme y cada
vez se llena más. Deben de haber alrededor de unas 20.000 personas. Todos los
fans empezamos a cantar canciones de Ariana Grande hasta que empieza el
concierto.
Durante toda la noche
salté, bailé, grité y canté a todas las canciones que iban sonando hasta
quedarme sin voz. Estaba siendo un concierto increíble. Ariana canta la última
canción (dangerous woman) y con un “adiós Manchester” se despide y desaparece.
Me doy la vuelta para marcharme y oigo un ruido que me retumba los oídos. Al
principio no sé qué es pero luego me doy cuenta; es una bomba.
Todo se convierte en un
caos; la gente empieza a gritar, llorar, correr, se empujan, hay sangre por
todas partes… Miro a Laura que está detrás de mí y veo que está igual de
confusa que yo. Todo es horrible. Muertas de miedo intentamos salir de ahí lo
más deprisa posible. A medida que nos acercamos a la salida hay cada vez más
sangre y más gente herida.
Horrorizadas de lo que
está ocurriendo y con miedo de que vaya a haber otra bomba, bajamos las
escaleras y seguimos corriendo hasta que conseguimos salir. La calle está llena
de ambulancias y policías de seguridad que gritan -¡poneos a salvo!- .
Cojo el móvil para
llamar a mi padre y veo que tengo 23 llamadas perdidas suyas. Le intento llamar
de vuelta pero la red está colapsada así que le empiezo a buscar primero por
donde dijo que nos recogería, pero solo hay policías, así que voy dando vueltas por todas partes y al no
encontrarle, me empiezo a estresar.
Laura, se mete en twitter y ve que la estación
de tren Victoria está evacuada y cerrada y que los servicios están cancelados
pero que las compañías de taxis ofrecen transporte y un hotel cercano
alojamiento. Vamos a buscar un taxi pero todos están llenos así que decidimos
ir al hotel. Una vez allí decido volver a llamar a mi padre y esta vez sí que
consigo contactar con él.
Mientras esperamos en
el hotel a que llegue mi padre, nos encontramos con una niña pequeña que están
llorando y nos acercamos a ella. Sus manos le tiemblan y en su rostro se le ve
el miedo que está pasando y después de estar un rato intentándole consolar nos
cuenta que es que se ha perdido y no encuentra a su hermana mayor.
Decido intentar
llamarla pero la persona que me coge me dice que está herida y de camino al
hospital. Sin saber cómo decírselo decido llamar a su madre quién viene a
recogerle. Cuando le cuento lo que le ha pasado a su hija mayor, se le ve que
quiere ponerse a llorar, pero sorprendentemente me sonríe, me da las gracias y
se marcha con su otra hija. Un rato más tarde llega mi padre y nos lleva a casa
mientras le contamos todo lo sucedido.
Una vez en casa, me voy
a la cama pero no consigo dormir después de todo lo sucedido. Por la mañana,
mientras llevamos a Laura de vuelta a su casa ponemos la radio y se empiezan a
escucharlas noticias de anoche: 22 muertos, 50., 80.., 116 heridos por un
ataque de explosión suicida en el concierto de Ariana Grande.. el atentado más grave en el Reino Unido desde 2005..ya tienen a la
víctima… apago la radio y me pongo a
mirar por la ventana. Las calles están llenas de gente rindiendo culto a las
víctimas de anoche.
Quien iba a decir que
pudiese pasar algo así, que alguien fuese capaz de matar y herir a tantas
personas, niños y jóvenes; de que una
noche que debería haber sido para disfrutar un concierto iba a acabar tan mal…
y esa noche será la que quedará marcada en Manchester, recordándonos de que
debemos mantenernos unidos.
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