Juan Guzmán Belda (Bacuto)





BACUTO

Yo soy Bacuto, pertenezco a una familia en la que hay cuatro personas, dos adultos, una mujer y un hombre, un niño pequeño y Pedro. Pedro es la persona que me adoptó, antes el y yo nos queríamos mucho, me cuidaba, me bañaba, me daba de comer e incluso jugaba conmigo a la pelota. Yo era muy feliz en esta familia pues me daban todo lo necesario y estaba muy cómodo.

Cuando yo tenía ya unos cuatro años, Pedro empezó a jugar menos conmigo y ya no me hacia tanto caso, no jugaba conmigo y pasaba mucho de mí, incluso la comida me la ponía ahora aquella mujer mayor que yo no conocía, no Pedro. Incluso alguna vez se le fue la mano conmigo cuando estaba enfadado, pero no me hacía apenas daño, lo que me preocupaba era que cada vez me pegaba más fuerte y se veía que lo disfrutaba pues no dejaba de hacerlo. A mí me dolía sentimentalmente, ya que mi relación con Pedro empezó a desmoronarse. A veces el niño pequeño me defendía pero no servía de nada pues Pedro era mucho más mayor que él.

Pedro seguía viniendo enfadado del colegio y nada cambiaba, yo seguía siendo golpeado, pero no me importaba pues yo quería mucho a Pedro.

Un día los padres de Pedro salieron a comer y me quedé solo en casa, no me gustaba la sensación de soledad, me aburría. Repentinamente entró Pedro, más enfadado de lo normal y cerró la puerta de un portazo. Yo me puse a saltar de alegría, pero Pedro no tenía ganas de jugar y me pegó una patada en el hocico, empecé a notar la sangre por mi cara y por el dolor que me produjo la patada perdí el conocimiento. De repente me desperté en una bolsa de basura, no me lo podía creer, Pedro me estaba tirando a la basura como si fuese un objeto usado.

Oí la perta abrirse, justo cuando Pedro me iba a tirar a la basura alguien abrió la puerta y una voz conocida, preguntó que donde estaba el perro. Era la mujer que me daba de comer, hoy no había comido y seguramente me buscaba para darme comida, Pedro contestó que me había escapado, pero era mentira, estaba en la bolsa de basura que él tenía en su mano, inmovilizado y ahogándome casi sin aire. Pedro se fue de casa diciendo que iba a buscar al perro. Después de eso recuerdo estar rodeado con más bolsas de basura, ahogando y casi sin aire, y que todo se volvía cada vez más negro.

Juan Guzman Diciembre 2017

Comentarios