HASTA QUE LLEGAN A EL ALBERO DE PAMPLONA
Los astados ya están en Los Corrales del Gas, encerrados y
preparados para salir, falta poco para que partan hacia los corrales de Santo
Domingo.
Las personas más curiosas y privilegiadas se acercan al paso
de estos por el puente de la Rochapea, estos ya han salido, la gente espera en
completo silencio al paso de estos por el recorrido.
La gente comenta los detalles de los astados y el peligro que
estos pueden provocar al día siguiente en las calles, en lo que lo comentan
estos ya han llegado a Santo Domingo. Son las 10:10, encerrados, ya están
listos para correr al día siguiente.
Está amaneciendo, los astados empiezan a moverse y a comer
antes de partir hasta el más que probable sitio de su muerte. Las calles
esperan limpias y con grandes medidas de seguridad, pues no todos han podido
entrar en el recorrido. Los más atrevidos se agolpan en la calle. Hay gente de
todas las edades, son momentos de miedo, tanto que incluso se llegan a encomendar
a su religión.
Son las 8 de la mañana, se abren las puertas y los astados,
ya movidos por los pastores, salen de Santo Domingo, corren en manada por la
cuesta de Santo Domingo arreados por los jefes de lidia, empiezan las primeras
carreras, las primeras caídas, las primeras miradas a los lados, los primeros
gritos de los allí presentes. La tensión se palpa en el ambiente los morlacos
lanzan derrotes que los mozos intentan esquivar, algunos con suerte, otros con
no tanta.
Ya han llegado a Estafeta, ahí se suceden aglomeraciones de
personas, los más atrevidos se intentan acercar lo máximo que pueden a las
astas de los morlacos, pero tienen que tener cuidado, pues pueden tropezar y
caer a los pies de los astados.
La gente empieza a entrar a la plaza, los toros están llegando
y tras unas vueltas al ruedo encarrilan por los toriles donde serán
enchiquerados.
Javier
Ortiz Postigo 1ºB de Bachillerato 14/11/17
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