Pedro Infante (Sueño musical)




SUEÑO MUSICAL


Es la quinta vez que lo compruebo ya, definitivamente este micrófono funciona, otra cosa es que consiga ser capaz de articular palabras, o aunque sea solo notas para ayudarlo a cumplir su función; que todo el mundo pueda escucharme.

Parece que fue ayer mismo cuando estaba nervioso, tal vez era más bien entusiasmo, sentado en el salón de mi apartamento, aún sabiendo que nadie más podía escucharme, al ponerme mis auriculares, darle al play, y comenzar a escuchar lo que habría sido mi primera canción compuesta.

Inconscientemente, casi sin poder hacer nada por controlarlo, al escucharla no hacían más que caer lágrimas de mis ojos. Nunca había estado tan orgulloso de algo que yo solo, sin ayuda de nadie, había conseguido hacer. Al fin y al cabo, siempre había pensado que vivir un sueño debía ser emocionante y yo, sumido al completo en cada nota que escuchaba de esa canción, estaba metido de lleno en uno de los míos.

Recuerdo también sin duda el día del lanzamiento del disco. Todo era alegría, acompañado de mensajes y llamadas de enhorabuena de familiares, amigos, conocidos e incluso no tan conocidos, cuyas felicitaciones sabían casi tan bien como las de mis seres cercanos, ya que al no conocerme, sus mensajes solo podían ir con absoluta sinceridad.

Aunque me resultaba complicado creer todo lo que me iba ocurriendo, aún me quedaba el mayor de mis sueños por cumplir, a pesar de a su vez ser al que más pavor le tenía, y era tan solo subir con mi guitarra y un micrófono a un escenario, sin importar el prestigio, tamaño, lugar de este, a transmitir no solo canciones, si no sentimientos, emociones y sobre todo mi enorme pasión por la música.

Parecía como si aún estuviese a años luz de ese momento, de ese sueño. Pero no, ahí estaba yo, tratando de sostener a pesar de mi terrible pulso en aquel momento esa guitarra, frente a ese micrófono  que aunque ya había utilizado uno antes, sin ir más lejos el que tuve que utilizar para grabar mi disco en los estudios, les puedo decir, que ese micrófono no se veía igual. Ese era mucho más imponente que los otros.

Por supuesto tras ese micrófono se podía ver aunque con la vista nublada por los nervios, a muchas personas, tanto las que apostaron todo por mi y me apoyaron para ayudarme a llegar hasta donde estoy, todos ellos enormemente emocionados, como aquellos que jamás habrían dado un duro porque yo iba a estar ahí arriba ante todo ese público, y a pesar de ello, ahí estaban, todos muy expectantes.

El público comienza a corear mi nombre al unísono, ya no hay vuelta atrás. Los nervios a flor de piel, jamás había estado tan nervioso, pero asimismo, jamás había deseado tanto empezar. Toda la sala se silencia como si el de arriba hubiese apretado el botón de "mute". Escucho tres golpes de baqueta que me indican el ritmo al que debo entrar. 3... 2... 1... Sueño cumplido, que empiece el show.

Pedro Infante Ruiz, 4ºD ESO. 5/17

Comentarios