UNA
HISTORIA DE OTRAS MUCHAS A CAUSA DE LA GUERRA
Cuando
mi abuela era una niña pequeña, España estaba sumida en una guerra. Ella no se
daba cuenta porque no sufría los efectos de la guerra ya que seguía jugando
como de costumbre con sus amigas y yendo al colegio, y no entendía casi ni lo
que era una guerra. Sus padres y tíos no tampoco se lo querían explicar para
que no les entrase el miedo.
Un
día como cualquier otro el padre de mi abuelo (mi bisabuelo) desapareció de casa durante una
temporada, al cabo de unos días sus hijas ya le echaban mucho de menos su madre
las contaba que volvería pronto, que estaba trabajando en otra ciudad, y que
cuando vuelva irían juntos al circo. Pero la verdad es que el ejército le había
reclutado forzosamente para la guerra, para luchar en el frente junto a sus dos
hermanos.
Ya
en el frente la obsesión de él y sus dos hermanos era salir de ahí como fuese y
volver a su casa. Una noche en el frente, los guardias no estaban y era la
ocasión perfecta para escaparse; en ese momento unos cuantos de su pelotón salieron
sigilosos y pero muy veloces, entonces vimos el momento e hicimos lo mismo. Dos
de nosotros pudimos salir pero el pequeño no lo logro.
Llego
a casa una noche de primavera, le tiro una chinitas a la ventana del cuarto de
su mujer, al verle salió sigilosa pero emocionada, no podía contener las
lagrimas; le dio ropa limpia, y comida. Al volver a su casa después de la huida
lo más importante es que no le viera nadie porque podían decírselo al ejercito,
en su casa no se podía quedar asique aprovecharon la oscuridad para ir a un
viejo pajar en el monte donde estaba el ganado, entro por una ventana en el
tajado, y allí se quedo, en una zona aboardillada. Ya llevaba allí unas semanas
cuando un vecino del otro bando le vio, aun así no dijo nada
Todos
los días su mujer iba a la cuadra con la excusa de ver como estaba el ganado,
las niñas se quedaban jugando fuera en el prado, desde allí oían a su madre
hablar y cuando regresaba le preguntaban que con quien estaba hablando y su
madre les respondía “con las vaquitas hijas, con quien iba a hablar??”
Termino
la guerra y todo volvió a la normalidad, el padre de mi abuela volvió a casa y
siempre estuvo agradecido a la familia del vecino. Pero por desgracia no le
pudo dar las gracias personalmente ya que como era del bando perdedor un día
vinieron a buscarle y no le volvieron a ver, y tampoco volvieron a ver a su
hermano pequeño ya que murió en combate.
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